Los arándanos son pequeñas bayas de color azul oscuro o rojo, y sabor dulzón con un toque ácido, que pertenecen a la familia de los frutos del bosque.
Estos son considerados una de las frutas más saludables del planeta porque cuentan con antioxidantes que combaten el envejecimiento prematuro neutralizando los radicales libres, ayudan con las inflamaciones, son buenos para el corazón, la vista, la memoria y son excelentes aliados en dietas de descenso de peso, ya que 100 gramos de arándanos solo nos aportan 46 calorías.
La mayoría de expertos coincide en que los arándanos congelados mantienen las vitaminas y antocianinas. En cambio, los disecados y los calentados – empleados en la elaboración de mermeladas o jugos pasteurizados – pierden mucha vitamina C.
Tanto los arándanos frescos como los congelados, suelen tomarse de postre, en el desayuno y en la merienda. Para estas comidas, las combinaciones con frutas siempre dan buen resultado: se puede optar por frutos rojos, como fresas, frambuesas o grosellas, o elegir un contraste con mango, manzana o piña.