Las frutillas integran el conjunto de las infrutescencias, las cuales se forman a partir de la unión de numerosos frutos pequeños que al juntarse adquieren una apariencia de unidad.
Existen diversos tipos de frutillas: la frutilla silvestre (Fragaria vesca) que crece en los bosques no suele ser la fruta que se comercializa a nivel mundial. Generalmente, los cultivos comerciales se desarrollan con la Fragaria × ananassa.
Se estima que 100 gramos de frutillas equivalen a unas 30 kcal, representando un aporte calórico reducido.
Son muchas las razones por las cuales conviene comer frutilla con cierta frecuencia, más allá de su atractivo sabor y del impacto visual, las frutillas ofrecen grandes beneficios para nuestra salud: presentan una buena cantidad de flavonoides, vitamina C y ácido salicílico. Además tienen propiedades laxantes, diuréticas, desintoxicantes, anticoagulantes, antiinflamatorias y analgésicas. También contienen los fitonutrientes necesarios para luchar contra los efectos de los radicales libres, que son la fuente de algunas clases de cáncer, y la vitamina C ayuda a prevenir la anemia, fijando el hierro en nuestro organismo.